Es fundamental para mantener el bienestar y prevenir enfermedades. Un plan de alimentación equilibrado incluye una variedad de alimentos frescos y nutritivos. Agregar diferentes colores a su plato es como si estuviera comiendo un arcoíris. Las verduras de hoja verde oscura, las naranjas y los tomates están llenos de vitaminas, fibra y minerales. Además, incorporar pimientos, brócoli o cebollas congelados en guisos y tortillas no solo aumenta el color, sino también los nutrientes.
Adoptar una alimentación saludable para un peso saludable no significa seguir dietas estrictas o privarse de ciertos alimentos, sino aprender a equilibrar porciones y elegir opciones más nutritivas. Incluir cereales integrales, proteínas magras y grasas saludables, como las que provienen del aguacate, las nueces o el aceite de oliva, contribuye a mantener la energía estable durante el día. Asimismo, reducir el consumo de azúcares añadidos y alimentos ultraprocesados ayuda a controlar el peso y protege la salud del corazón.
Un plan de alimentación saludable debe tener equilibrio, variedad y moderación para aportar al cuerpo todos los nutrientes que necesita. De esta manera se favorece un peso saludable y se previenen enfermedades a largo plazo.
Un plan completo incluye:
Porciones equilibradas: que eviten excesos y mantengan un adecuado control del peso.
Frutas y verduras frescas: aportan vitaminas, minerales, antioxidantes y fibra.
Proteínas magras: como pollo, pescado, huevos, legumbres y frutos secos.
Cereales integrales: arroz integral, avena, quinoa y pan integral que proporcionan energía duradera.
Grasas saludables: presentes en aguacate, aceite de oliva, semillas y nueces.
Agua suficiente: fundamental para mantener la hidratación y el buen funcionamiento del organismo.
Tomado de:
https://www.cdc.gov/healthyweight/spanish/healthyeating/index.html

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